Santiago Constantino de Angoitia Arquitecto
En la intersección entre la arquitectura, el patrimonio y la intervención, mi trayectoria se ha forjado como un puente entre tradiciones culturales, modos de vida y el espacio construido. Soy arquitecto egresado de la Facultad de Arquitectura de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM), con un enfoque particular en la composición arquitectónica y el estudio antropológico del habitar.
Mi formación se amplió significativamente en la Escuela Técnica Superior de Arquitectura de la Universidad de Sevilla, España. Donde me sumergí en el enfoque tradicional del patrimonio europeo, para después profundizar en las nuevas acepciones contemporáneas del término y las más recientes corrientes de la restauración e intervención en el patrimonio natural y cultural.
Mi enfoque y prospecciones se centran en comprender el habitar humano en su sentido más profundo. Mi investigación antropológica dentro del ámbito arquitectónico me ha llevado a explorar las tradiciones culturales y los modos de vida de las comunidades que habitan un determinado territorio. Creo firmemente que comprender estas raíces es esencial para crear espacios que no solo sean estéticamente agradables, sino también funcionales y significativos para quienes los habitan, una experiencia que abrace la historia, la cultura y la comunidad.
Mi pasión por los oficios tradicionales y el arte de la construcción se remonta a las enseñanzas de mi padre, ebanista y filósofo que me inculcó el valor del trabajo manual y artesano en cualquier circunstancia. En cada proyecto, busco honrar este legado, colaborando estrechamente con constructores, herreros, carpinteros y diversos artesanos para materializar una visión compartida.
Siendo un arquitecto comprometido con el equilibrio entre lo tradicional y lo contemporáneo, busco colaborar con aquellos que comparten mi visión de una arquitectura arraigada en la cultura y el paisaje, lista para abrazar nuevas interpretaciones y desafíos.
Actualmente mi practica la llevo acabo de manera paralela con el Colectivo de Arquitectura (COLAR), del cual soy fundador junto con Max Animas, Roberto Marroquín y Mateo Torres. Dicho interés parte de la idea de que una práctica compartida, colaborativa y horizontal, así como un enfoque multidisciplinario, necesariamente producen una forma distinta de aproximarse al desarrollo de una propuesta o proyecto.